Con objeto de fomentar las inversiones para la mejora de la gestión de residuos en Castilla-La Mancha y garantizar el cumplimiento de los objetivos comunitarios en materia de  gestión de residuos, esta Dirección General de Economía Circular convocó, en el año 2022, una serie de ayudas contempladas en el Plan de apoyo a la implementación de la normativa de residuos, financiado por la Unión Europea – NextGeneration EU, así como en el Programa de Economía Circular y el Plan de Impulso al Medio Ambiente-PIMA Residuos, cuyos fondos proceden del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, todo ello en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Residencia (PRTR) de España.

Las bases reguladoras para optar a estas estas ayudas se establecieron en la Orden 134/2021 de 8 de septiembre, de la Consejería de Desarrollo Sostenible (modificada posteriormente mediante la Orden 183/2021 de 15 de diciembre), contemplándose cuatro líneas de ayuda, cuya convocatoria, se produjo a lo largo de los dos primeros meses del pasado año 2022:

-Una primera línea de ayudas, destinada a favorecer la implantación de nuevas recogidas separadas de residuos, así como a la mejora de las ya existentes, para de este modo, poder dar a estos residuos un potencial valor como recursos. La línea fomenta asimismo la separación y el reciclaje en origen mediante compostaje, tanto doméstico como comunitario, proceso éste cuyo objetivo es la obtención de compost, un producto que puede ser empleado como fertilizante para el suelo. Del mismo modo, se contemplan ayudas tendentes a implantar y mejorar la recogida separada de dos tipos de residuos que generamos habitualmente, cada vez en mayores cantidades: el aceite de cocina usado y los residuos textiles.

-La segunda línea por su parte, contempla ayudas para llevar a cabo la construcción y la mejora de instalaciones específicas para el tratamiento de biorresiduos recogidos separadamente, mediante procesos como el compostaje y la digestión anaerobia.

-La tercera línea, centra su objetivo en la construcción de instalaciones en las que se lleve a cabo la preparación para la reutilización, para de este modo poder dar una segunda vida a los productos que desechamos; del mismo modo, se establecen también ayudas para la construcción de instalaciones de reciclado de residuos textiles y de residuos plásticos, siempre que hayan sido recogidos separadamente.

-Por último, pero no por ello menos importante, la cuarta línea ofrece ayudas destinadas a la construcción y mejora de puntos limpios en nuestra Región, concretamente en aquellos municipios que superen la cifra de 5.000 habitantes.

Las ayudas, destinadas en su mayoría a municipios, diputaciones, mancomunidades y consorcios de residuos, aunque también a gestores de residuos de nuestra Región en el caso de la tercera línea, y siempre mediante concurrencia competitiva, han gozado de una amplia aceptación en este primer año en que han sido convocadas; prueba de ello son las 123 solicitudes de ayuda recibidas en esta Dirección General, de las cuales, tras el correspondiente procedimiento de instrucción y evaluación llevado a cabo según los criterios fijados previamente en las bases, 46 solicitudes han sido resueltas favorablemente, concediéndose un importe total de 16.610.988,28 €. Esta cifra representa cerca de un 73% del importe disponible para la suma de las cuatro líneas de actuación (22.828.247,14 €), establecido en las correspondientes convocatorias:

Actualmente, esta Dirección General de Economía Circular está trabajando para establecer las bases y convocar próximamente, en este año 2023, una nueva edición de estas ayudas, estando previsto que se mantengan la mayor parte de las líneas convocadas en la edición anterior. Además, se prevé la incorporación de nuevas actuaciones subvencionables, de modo que nuestra Región siga avanzando en la implementación de eficaces estrategias de economía circular, centrando los esfuerzos en los primeros y principales escalones de la jerarquía de residuos, como son la prevención, la preparación para la reutilización y el reciclaje.

Sin duda, la consecución de un modelo de producción y de consumo basado en la economía circular proporcionará beneficios ambientales y sociales para todos, generando nuevas oportunidades económicas, y ante todo, garantizará un crecimiento sostenible a lo largo del tiempo, a diferencia de los tradicionales modelos lineales, basados en extraer materias primas, producir, consumir y desechar.