Para descarbonizar la economía, un elemento importante es el aumento del uso de energía renovables así como la producción de gases como el biometano.

Si atendemos a lo que indica la Asociación Europea del Biogás, España es uno de los países con mayor potencial para el aprovechamiento y desarrollo del biogás disminuyendo las emisiones de GEIs (aprovechando los purines, entre otros, que emitirían directamente a la atmósfera), eliminando los residuos orgánicos derivados del desarrollo de las actividades vinculadas al sector primario y aprovechando los subproductos generados del proceso como los digestatos para el uso como fertilizantes y sustratos naturales que ayudan a capturar el carbono orgánico en el suelo.

Además, la infraestructura gasista existente puede ser utilizada para el transporte de este tipo de gas, sustituyéndolo por el gas fósil que nos crea dependencia de otros países.

Este hecho ha sido aprovechado ya en comunidades autónomas como en Cataluña, donde el municipio de Granollers (Barcelona), a través de una colaboración público privada puesto que Nedgia, distribuidora de gas del grupo Naturgy, inyecta en su red gas renovable procedente del proyecto BioVO.

El proyecto BioVO persigue le producción de biogás a través del aprovechamiento del biogás que se genera en la Planta de Digestión Anaeróbica y de Compostaje del Consorci per a la Gestión dels Residuos del Vallès Oriental y en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Granollers del Consorci Besòs Tordera y cuenta con la UTE Facsa-Transparenta como empresa adjudicataria del diseño, la obra y la explotación, así como de la explotación de la EDAR.

Pero no es la única, la planta Elena, en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), fue la primera en inyectar a la red de distribución de gas de España gas renovable procedente de vertedero. Le siguió el proyecto Biogasnalia, en Burgos, cuyo residuo es de origen agroindustrial. En Lleida, tiene conectada la granja Torre Santamaría, que inyecta biometano con origen de residuo ganadero y, en A Coruña, la Edar de Bens, que aporta biometano procedente de aguas residuales. Recientemente, la compañía Nedgia ha empezado a inyectar también en Els Hostalets de Pierola el biometano producido a partir de los residuos urbanos del depósito controlado de Can Mata.

Este último, el de Can Mata, es un proyecto de colaboración entre PreZero, Waga Energy y Nedgia con un largo recorrido de tramitación administrativa y unas condiciones de partida muy exigentes para que el proyecto pueda ser efectivo, pero estas empresas lo tienen claro, este es el camino de un elemento estratégico en la política medioambiental y energética de España como es el biometano y por el que seguirán apostando.

Otras empresas como BIORING presente en toda la cadena de valor para desarrollar soluciones de energía renovable a partir de la producción de biometano, BIOVIC empresa especializada en ingeniería, ejecución y puesta en marcha de plantas de biogás, biometano e hidrógeno verde, además de consultoría medioambiental, valorización de residuos y de energías renovables o PRODEVAL empresa que oferta productos para mejorar la calidad del biogás son algunas de las empresas que han visto que el biometano tiene un gran desarrollo en nuestro país que aún está por explotar.

Castilla la Mancha no es ajena a esto y ya tiene en funcionamiento la planta de Gestcompost en Cuenca y una en construcción en Toledo además de varias en tramitación y es que, gracias al biometano se fomenta el uso de energía renovable, se reduce la huella de carbono y las emisiones de metano creando empleo estable que contribuye a fijar la población rural, algo muy importante en la región.