Las plantas de biometano son básicamente instalaciones dedicadas al tratamiento de residuos no peligrosos de origen orgánico, principalmente residuos ganaderos (estiércoles y purines), residuos agroalimentarios y agroindustriales, fracción orgánica de residuos domésticos y lodos de depuradoras urbanas o de industria alimentaria, mediante un proceso biológico de digestión anaerobia por biometanización en el cual, la materia orgánica contenida en los residuos es digerida por bacterias anaerobias (bacterias que viven en ausencia de oxígeno) produciendo biogás y digestato.

El biogás generado es una mezcla principalmente de metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), el cual puede ser purificado y concentrado hasta llegar a obtener metano casi puro (biometano) que puede ser inyectado en la red de gas natural o ser expedido en bombonas o camiones en forma de metano comprimido (bioGNL), decarbonizando de esta manera el gas natural que se usa en España y contribuyendo a la independencia energética de nuestro país frente a los países vecinos.

El digestato o licor digerido es un efluente líquido orgánico con potencial como biofertilizante de la agricultura o como enmienda orgánica de suelos. Suele ser separado en fase sólida y fase líquida. La fase sólida de puede mezclar con biomasa (estructurante) para producir un compost de excelentes propiedades fertilizantes. La fase líquida puede ser concentrada para mejorar su efecto fertilizante, ser objeto de procesos químicos para obtener sulfato amónico (proceso sripping), o ser valorizada en cultivos agrícolas en un proceso conocido como fertiirrigación. Asimismo, los digestatos pueden ser materia prima de productos fertilizantes registrados tal y como se establece en el Real Decreto 506/2013, de 28 de junio, sobre productos fertilizantes, y el Reglamento (UE) 2019/1009 del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de junio de 2019, por el que se establecen disposiciones relativas a la puesta a disposición en el mercado de los productos fertilizantes UE.    

Desde la Consejería de Desarrollo Sostenible se promueve la implantación racional y sostenible de plantas de biometano en nuestra región, al considerarse una muy buena forma de impulsar la economía circular, ya que los residuos tratados se convierten en sustancias aprovechables de alto valor, reduciéndose el impacto ambiental comparado a los métodos de tratamiento que se han aplicado tradicionalmente a estos residuos. Los beneficios más reseñables de este tipo de proyectos son los siguientes:

• Se genera energía renovable en forma de metano verde o biometano, evitándose el uso de energías no renovables que incrementan el carbono disponible en el ciclo del carbono, como es el caso del gas natural.
• Se producen fertilizantes líquidos y sólidos de tipo orgánico, permitiendo una aplicación sostenible y racional en cultivos agrícolas, y evitando a su vez el impacto derivado de la producción y uso de fertilizantes inorgánicos, así como el impacto por olores de la tradicional aplicación agrícola de residuos orgánicos como los estiércoles, purines y lodos de depuradora.
• Reducción del impacto de los residuos ganaderos sobre el medio ambiente si se compara con la valorización agrícola directa de estiércoles, purines y lodos, ya que se reduce la generación de olores y la contaminación del suelo y las aguas por percolación de los nutrientes.
• Con el aprovechamiento de este tipo de residuos en una buena red de plantas de este tipo en nuestra región se reducirán los costes económicos y medioambientales derivados de la gestión de estos residuos, los cuales en muchas ocasiones acaban su vida eliminados en vertedero o viajan grandes distancias para llegar al gestor autorizado que puede ofrecerles el tratamiento más adecuado.
• Se capta y aprovecha el metano naturalmente generado en los procesos de descomposición de la materia orgánica, con los cuales el metano escapa a la atmósfera jugando un papel muy importante como gas de efecto invernadero.
• Estas plantas promueven la economía circular en la reutilización de energía y nutrientes (N y P) y en la transformación de residuos a subproductos, así como la creación de puestos de puestos de trabajo especializados en localidades pequeñas.

El principal impacto ambiental que potencialmente pueden generar estas instalaciones es la emisión de malos olores dados los residuos que se tratan, sin embargo, además de seleccionar una buena ubicación alejada de núcleos de población y evitando que los vientos de la zona transporten los olores a las poblaciones cercanas, existen técnicas que evitan la generación de olores en este tipo de instalaciones, destacando las siguientes:

• Trasiego de residuos líquidos en condiciones estancas, transporte en cisternas, bombeos con manguera, almacenamiento en depósitos, etc.
• Descarga de residuos orgánicos en depósitos o fosos cerrados, o en el interior de nave, disponiendo de equipos de aspiración del aire de las naves conectados a sistemas de tratamiento de olores (lavadores de gases por vía húmeda, biofiltros, etc.).
• Cubrición de balsas de almacenamiento de residuos entrantes y/o de digestatos líquidos.
• Compostaje de fracción sólida de digestato a cubierto, bajo lonas semipermeables, o en túneles de compostaje con sistemas de ventilación forzada que dirigen el aire aspirado a sistemas de tratamiento de olores.
• Aplicación agrícola de fracción líquida de digestatos con sistemas de baja emisión de olores y alto aprovechamiento, como son los sistemas de arrastre con mangueras o la inyección en suelo.
• El propio proceso de digestión anaerobia se realiza en reactores estancos, que garantizan un total aislamiento de los residuos con el exterior.
• Disponer de antorchas de seguridad que puedan oxidar posibles escapes de biogás que pudieran producirse.

Esta Consejería de Desarrollo Sostenible vela por garantizar que el impacto ambiental generado por este tipo de plantas sea compatible con el medio ambiente y las poblaciones que albergan este tipo de proyectos, valorando debidamente todos y cada uno de ellos en los procedimientos administrativos de evaluación de impacto ambiental al que deben someterse estos proyectos.