El pasado 25 de marzo de 2024 la consejera de Desarrollo Sostenible del Gobierno de Castilla-La Mancha, Mercedes Gómez, participó en el primer Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea de 2024 ya que Castilla-La Mancha es la región responsable de la coordinación de la postura común de las comunidades autónomas españolas, junto a la delegación española, encabezada por la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), Teresa Ribera, en el primer semestre de este año.

Así, la consejera, ha presentado la posición coordinada y trasladada al Ministerio para su consideración e incorporación a la propuesta española en el debate en relación a dos aspectos a modificar en la Directiva 2008/98/CE y que corresponden con el impacto ambiental de los residuos textiles y el papel y seguimiento del desperdicio de alimentos.

En relación con los residuos textiles, Mercedes Gómez ha expresado que las comunidades autónomas consideran una buena alternativa la propuesta de la responsabilidad ampliada del productor como medida eficaz siempre que se tengan en cuenta la jerarquía de residuos y se haga hincapié en la prevención de la generación de los mismos. A su vez recalca el papel de las entidades sociales y empresas de economía social en la participación en la gestión tal y como propone la Comisión.

En cuanto al desperdicio de alimentos, y dando voz al consenso de las comunidades autónomas, apoya la necesidad de involucrar, para su colaboración, a todos los agentes implicados en la cadena alimentaria señalando que es ineludible y urgente, establecer estrategias y mecanismos de prevención que, de manera coordinada, desarrollen estrategias en este ámbito señalando que la reducción pretendida del 30% en los hogares para 2030 es un objetivo difícilmente alcanzable. Asimismo, aboga por una definición consensuada a nivel UE sobre lo que es residuo y lo que es desperdicio alimentario, una flexibilidad en cuanto a medidas a adoptar en nuestro país por su realidad y circunstancias regionales, así como la necesidad de la implicación de las administraciones dando ejemplo con medidas de prevención y reducción en los ámbitos en los que el desperdicio alimentario se pueda dar.

En lo que respecta a Castilla-La Mancha, la consejera ha resaltado que el nuevo Plan regional de Prevención y Gestión de Residuos 2030, incorporará objetivos derivados de la normativa estatal y comunitaria en materia de prevención y gestión de residuos. Concretamente, en estos dos ámbitos llevados a debate, el Gobierno regional adelanta que, en materia de residuo textil, existen medidas que facilitarán la implantación de su recogida separada, obligatoria a partir del 31 de diciembre de 2024, además de fomentar actuaciones de preparación para la reutilización. En este último sentido, se convocaron ayudas para favorecer la gestión de residuos textiles (implantación o mejora de recogida, instalaciones de preparación para la reutilización e instalaciones de reciclado de residuos textiles) con fondos Next Generation.

En cuanto al desperdicio alimentario, el nuevo plan asume compromisos relacionados con la Estrategia sin Desperdicio 2030 de Castilla-La Mancha incorporando una planificación que contribuya, no solo a la donación de excedentes sino también a la valorización de los alimentos en su redistribución posibilitando, además, la creación de empleo.

Con todo esto, son muchos los cambios que se avecinan y que nos acercan cada vez más a cumplir los objetivos marcados por Europa y la neutralidad climática pretendida.