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APROBADO PLAN ESTRATÉGICO DE SALUD Y MEDIO AMBIENTE

El día 24 de noviembre de 2021 ha sido aprobado el Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente, un Plan integral, abordado desde la salud y el medio ambiente que establece las actuaciones que deben realizarse para reducir el impacto sobre la salud de los principales factores ambientales y sus determinantes.

Su objetivo principal es promover entornos ambientales que mejoren la salud de la población y reduzcan los riesgos asociados a la exposición a factores ambientales, así como afrontar los desafíos del cambio climático. Su ejecución se enmarca en la estrategia de Salud Pública prevista en la Ley de Salud Pública (33/2011), en el artículo 43 de la Constitución y en los compromisos internacionales (ODS, Agenda 2030, UE, OMS, etc.) en materia de salud ambiental.

3 de Diciembre de 2021

Plan estratégico  de salud y medioambiente
Plan estratégico de salud y medioambiente

Salud y medio ambiente tienen una relación estrecha. Proteger el planeta es sinónimo de proteger nuestra salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que el 23% de la mortalidad mundial se debe a factores ambientales, atribuyendo también a los mismos el 24% de las causas de morbilidad, aunque en España, como en el resto de países desarrollados, poseen una tasa inferior. En nuestro país es 16%.

El Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente, recientemente aprobado por el Gobierno de España con el concurso de las comunidades autónomas, persigue la mejora y protección de la salud de la ciudadanía a través del cuidado del medio ambiente. Para ello es necesario integrar las políticas sanitarias y ambientales.

Estará vigente hasta 2026 y se configura como una herramienta de gestión diseñada para afrontar los grandes desafíos ambientales desde el ámbito de la salud humana centrado en el fomento de entornos saludables, la reducción de la carga de enfermedades y la identificación de las potenciales amenazas para la salud derivadas de factures ambientales

 

 

Las enfermedades respiratorias, como el asma y las alergias, se atribuyen a factores ambientales como el clima y la contaminación atmosférica. Agentes contaminantes como los óxidos de nitrógeno y azufre, las partículas finas en suspensión, los compuestos orgánicos volátiles e hidrocarburos en ambientes externos, juntos con el humo ambiental del tabaco en ambiente interiores, se considerando desencadenantes de estas dolencias, aumentando, además, el riesgo de producir cáncer.

Los impactos del cambio climático sobre la salud se constatan cada día con mayor certeza. Los cambios de temperatura extrema, especialmente en episodios de olas de calor o de frío, aumentan la mortalidad. A ello hay que añadir los riesgos provocados por el incremento de la contaminación por material particulado en suspensión, ozono y vectores subtropicales que alcanzan nuestras latitudes y aumentan la incidencia de enfermedades como el dengue, malaria o encefalitis.

La disminución de la capa de ozono ha generado una mayor exposición a la radiación solar ultravioleta lo que se asocia a un incremento de la incidencia de cánceres de piel, cataratas y alteraciones inmunitarias, y las radiaciones ionizantes están relacionadas con cáncer, leucemia, quemaduras y lesiones radiológicas.

El agua de consumo humano y el ruido son otros factores importantes de riesgo: El primer por cuanto el consumo de agua no potable y la contaminación por nanopartículas, nitratos, plaguicidas, metales pesados, halógenos u otros químicos industriales, disparan la incidencia de enfermedades. El segundo por ser responsables de no pocos trastornos auditivos, del sueño, cardiovasculares y estrés.

Por otro lado, la respuesta a los agentes ambientales por parte de la población varía según la edad y condiciones sociales como la pobreza o el desempleo e, incluso, género. “Las causas ambientales, salvo las enfermedades infecciosas y las intoxicaciones agudas, a menudo están enmascaradas en las estadísticas de salud. No obstante, hay acuerdo general en que la mala salud relacionada con el ambiente está ampliamente subestimada (World Health Organization, 1996; Organización Panamericana de la Salud, 2000). Aparte de la falta de datos, la metodología de investigación de la salud ambiental tiende a dar privilegio a los agentes patógenos y contaminantes, mientras descuida a los determinantes sociales vinculados con la pobreza y la discriminación por razón de género” (Jaqueline Sims & Maureen E. Butter. Equidad de género y salud ambiental.2002. Organización Panamericana de Salud – Harvard Center for Population and development Studies).

En la Unión Europea, la Agencia Europea de Medio Ambiente atribuye el 13% de las muertes registradas a la contaminación ambiental (Healthy environment, healthy lives: how the environment influences health and well-being in Europe. AEMA 2020) Las políticas ambientales contra la contaminación y el cambio climático mejorará la salud y el bienestar de las personas, especialmente las más vulnerables.

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Fuente AEMA

La pandemia COVID19 ha puesto de manifiesto la importancia de tener sistemas sanitarios sólidos y políticas públicas adecuadas, siendo un claro ejemplo de los complejos vínculos existentes entre medio ambiente, sistemas sociales y salud pública. El informe de la AEMA es claro al respecto y entre sus principales conclusiones destaca que el virus causante de la enfermedad ha saltado de los animales a los seres humanos, salto de especie, como una consecuencia imprevista de la presión del consumo creciente y desenfrenado sobre los recursos y sistemas naturales. Los estudios iniciales apuntan a que la contaminación atmosférica y la pobreza podrían guardar relación con unas mayores tasas de mortalidad.

Añade además que, la contaminación sigue siendo una de las principales amenazas para la salud en Europa, provocando más de 400.000 muertes prematuras, seguida por la contaminación acústica, responsable de 12.000 decesos prematuros, y los efectos del cambio climático, en particular las olas de calor.

Las comunidades marcadas por carencias sociales deben enfrentarse a la triple carga de pobreza, entornos de peor calidad y peor salud, siendo estas comunidades las que se enfrentan a niveles más elevados de contaminación, ruido y temperaturas extremas.

Las personas se encuentran expuestas a múltiples riesgos en todo momento: contaminación atmosférica, del agua, acústica y productos químicos que pueden combinarse en algunos casos y actuar de manera conjunta sobre la salud. Las ciudades son vulnerables a estas múltiples amenazas, en particular aquellas que cuentan con menores accesos a zonas verdes o espacios acuáticos.

El informe subraya que es necesario un enfoque integrado de las políticas ambientales y de salud pública para afrontar el reto que manifiestan los riesgos ambientales, fomentando la protección de los más vulnerables y maximizando los beneficios que nos aporta la naturaleza. El Pacto Verde Europeo viene a representar un cambio fundamental al establecer una estrategia sostenible e inclusiva para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, así como el cuidado de nuestro entorno natural. Trabajar por cuidado del medio ambiente es también trabajar por la salud y el bienestar de las personas.

 

Un cambio de paradigma

El Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente fue aprobado el miércoles 24 de noviembre en la sesión extraordinaria del Pleno el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud conjunta con la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, con el respaldo unánime de todas las Comunidades Autónomas. Estará vigente hasta 2026 y se configura como una herramienta de gestión diseñada para afrontar los grandes desafíos ambientales desde el ámbito de la salud humana centrado en el fomento de entornos saludables, la reducción de la carga de enfermedades y la identificación de las potenciales amenazas para la salud derivadas de factures ambientales.

En su redacción han intervenido personal técnico de los Ministerio de Sanidad y de Transición Ecológica y Reto Demográfico así como más de un centenar de expertos del campo de la ciencia y la sociedad españolas.

El Plan cuenta con 12 objetivos generales o estratégicos que persiguen impulsar un mejor conocimiento de riesgos y problemas emergentes, proteger y reducir la exposición a riesgos ambientales que determinan nuestra salud, reforzar las líneas de acción y coordinación entre la Administración del Estado y las Comunidades Autónomas, promover la investigación, la formación y la comunicación del riesgo y mejorar el seguimiento de las iniciativas, tanto de las políticas públicas relacionadas con la salud como la integración con la políticas ambientales.

Orientado hacia la protección de la población más vulnerable y mejorar la vida de las personas, este documento estratégico permitirá crear un marco de referencia de las políticas públicas dinámico y adaptado a un entorno en permanente evolución, integrar las iniciativas en materia de salud y medio ambiente reforzando las líneas de acción conjunta. Por ello, unos de los Ejes Transversales es el Enfoque “One Health” de la Organización Mundial de la Salud, que determina que la salud humana está íntimamente relacionada con la salud del planeta, de todos los seres vivos, los ecosistemas, el medio ambiente común y los impulsores sistémicos pertinentes. Ello convierte a España en un país pionero en la manera de abordar de manera integral salud y medio ambiente para afrontar desafíos futuros de cambio climático y otros factores ambientales.

Ejes Transversales son también la Equidad, el Enfoque de género, la Transparencia y rendición de cuentas, la Sostenibilidad, la Evaluación del riesgo y su impacto en salud y Salud en Todas las Políticas.

Así, las políticas públicas, las formas de gobierno y las actuaciones de la administración sobre la salud de perseguir la reducción de las desigualdades en salud, especialmente en los colectivos más vulnerables, como las personas de la tercera edad y la población infantil.

La igualdad de género es un derecho humano fundamental y es unos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, Agenda 2030. La incorporación de la perspectiva de género en la salud pública permite mejorar la eficiencia, cobertura y equidad del Plan.

Transparencia y rendición de cuentas son componentes básicos y para ello el Plan desarrolla un apartado de seguimiento y evaluación, con indicaciones para la revisión y actualización de las actividades, plazos y financiación.

Sostenibilidad de objetivos y acciones para permitir un desarrollo equilibrado, respetuoso con el medio ambiente y basado en el bienestar social. Estrategias limpias, sanas, verdes y seguras, que incluyan el uso racional de los recursos, la colaboración y cooperación entre los diversos sectores y enfocadas a alcanzar entornos y ciudades saludables, donde se conjuguen estrategias que favorezcan la sostenibilidad con el medo ambiente, la eficiencia y una mejora en la salud, donde el actor principal es la población.

La prevención a través de la Evaluación del riesgo y su impacto en la salud es el quinto Eje Transversal. Los gastos sanitarios absorben entre un 80 y un 90% de los gastos mientras que la promoción de estilos de vida y entornos ambientales saludables sólo representan el 3%. Sin embargo, la evidencia científica confirma que la contribución potencial de la asistencia sanitaria a la reducción de la mortalidad está sobredimensionada si se compara con otros determinantes como factores biológicos (sexo, herencia genética, etc.), el medio ambiente o los estilos de vida que poseen una mayor contribución potencial a la reducción de la morbilidad y mortalidad y a la mejora del nivel de salud. El Plan pretende servir de ayuda para solventar los problemas a la hora de aplicar la Evaluación del Impacto en la Salud (EIS) sobre planes, proyectos, programas y actividades sujetas a los procesos de Evaluación Ambiental y de Autorización Ambiental Integrada.

De la aplicación de la Evaluación del Impacto en la Salud surge el concepto Salud en Todas la Políticas acuñado por la OMS y que se define como “un enfoque para la formulación de políticas que considera sistemáticamente las implicaciones para la salud de las decisiones en todos los sectores, buscando sinergias y evitando los efectos nocivos para la salud de las políticas fuera del sector de la salud para mejorar la salud de la población y la equidad sanitaria”. En definitiva, mayor coordinación y colaboración en todos los sectores y áreas políticas con el objetivo de mejorar la salud de la población y evitar su empeoramiento.

Y de los Ejes Transversales a los cuatro grandes bloques que presentan riesgos para la salud y que agrupan las 14 áreas temáticas que llevan aparejadas Líneas de Intervención.

1.- Cambio climático y salud: Riesgos del clima, Temperaturas extremas, Calidad del aire, Calidad del agua y Vectores transmisores de enfermedades.

2.- Contaminación: Productos químicos, Residuos y Contaminación industrial

3.- Radiaciones: Radioactividad natural, Campos electromagnéticos y Radiación ultravioleta

4.- Hábitat y salud: Ruido ambiental y vibraciones, Calidad de ambientes interiores y Ciudades saludables.

Estos cuatro bloques agrupan las áreas temáticas por analogía o afinidad, pero sin la pretensión de ser contenedores estancos sin relación entre ellos, sino que constituyen agrupaciones para facilitar su abordaje y la comprensión de las diversas problemáticas tratadas.

Relación entre bloques y áreas temáticas del Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente

Relación entre bloques y áreas temáticas del Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente

Cada una de las 14 áreas temáticas dispone de Líneas de Intervención en materia de Prevención y protección de la salud, Gestión, organización y coordinación, Formación y comunicación del riesgo, Investigación y Seguimiento, evaluación e indicadores. Incorpora un Panel de Control que recoge la totalidad de áreas temáticas con sus correspondientes líneas de intervención y los 31 indicadores diseñados con su descripciones y objetivos.

El Plan se enmarca en la Estrategia de Salud recogida en la Ley 33/2011 de Salud Pública, amparado por el artículo 43 de la Constitución y responde a diversas iniciativas Europeas (Programas, Directivas y Reglamentos) y demás legislación europea sobre salud y medio ambiente, diversos compromisos y estrategias internacionales como la Agenda 2030, el Pacto Verde Europeo y el Acuerdo de París. Permitirá a España avanzar en el cumplimiento de los compromisos adquiridos en relación a la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud.