El Textil: Mucho por hacer
La concienciación es fundamental. El residuo textil alcanza unas dimensiones preocupantes que afectan de manera negativa al medio ambiente.
24 de Mayo de 2023
Llevamos años hablando de lo perjudicial que es la moda rápida, de sus efectos negativos en el medio ambiente, pero puede que no estemos hablando con claridad.
La producción textil (ropa, calzado, textil del hogar, etc.) genera problemas en el medio ambiente que nos afectan muy negativamente al contaminar las aguas, producir emisiones de gases de efecto invernadero y crear acumulaciones de residuos. Pero muchas veces no nos damos cuenta de sus efectos porque, ¿cómo la ropa va a afectar tanto?. Pues tan sencillo como que se necesita mucha agua para producir los textiles, desde la necesidad de los cultivos (para generar una camiseta de algodón es necesario la misma cantidad de agua que la que consume una persona durante año y medio) como su contaminación por los teñidos y acabados. En la producción textil se utilizan muchos productos químicos (alrededor de 3.500 sustancias químicas) de las que el 21,4% han sido clasificadas como peligrosas para la salud humana y un 12,6% como peligrosas para el medio ambiente estimándose que el 20% de la contaminación mundial de las aguas es debida al teñido y acabado de los textiles
Pero esto no acaba aquí, con los lavados se liberan microfibras al océano, pero, ¿cómo es esto posible? Hoy en día, más del 60% de las fibras textiles son sintéticas. El poliéster y el nylon son las principales y, a través de su lavado se filtran al océano microfibras de plástico representando el 35% de la contaminación de los océanos por microplásticos. Pero es que el poliéster, por ejemplo, es una fibra producida mediante procesos intensivos de carbono para lo que se requieren más de 70 millones de barriles de petróleo al año. Teniendo en cuenta su naturaleza, no es difícil imaginarse lo que tarda en descomponerse (alrededor de 200 años), siendo éste otro problema añadido.
Por poner un ejemplo, para la producción del algodón se requiere gasóleo para el equipo agrícola, electricidad para el bombeo del agua de riego y electricidad y gas natural para el desmotado (quitar las semillas al algodón). También es necesario el aporte de fertilizantes, así como el transporte y producción de otros productos para la protección de los cultivos lo cual genera gases de efecto invernadero.
Con todo, se calcula que la industria de la moda es la responsable del 10% de las emisiones mundiales de carbono (más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos).
La moda rápida ha provocado un aumento de producción y consumo de ropa de escasa calidad que es desechada en lugar de donada, reduciéndose, de manera significativa, la vida útil de las prendas. Además, se le añade el hecho de que, aunque puede ser exportada fuera de la UE, la mayoría es incinerada o depositada en vertedero.
La Fundación Ellen MacArthur indica que al año se generan 114 millones de toneladas de residuos textiles. Sólo el 1% se usa para fabricar nuevas prendas en una economía circular cerrada (para prendas similares). La mayoría, por su elevado contenido en poliéster, es incinerado en plantas de transformación de residuos para producir energía debido a su alto poder calorífico.
Antes de 2025, los Estados miembros deben realizar la recogida separada de residuos textiles según la directiva de residuos aprobada por el Parlamento Europeo en 2018. En 2022 la Comisión presentó la Estrategia de la UE para los productos textiles sostenibles. Si analizamos nuestro país, cada persona deshecha, cada año, entre 20 y 30 kg de textil lo que supone más de un millón de toneladas y sólo se recoge, de manera separada, 110.000 toneladas. Como se puede apreciar, tenemos un importante margen de mejora.
Es necesario separar puesto que la industria del reciclaje necesita fracciones puras de productos o mezclas muy específicas por lo que la clasificación actual de los textiles, para que puedan reciclarse, se realiza de manera manual (quitando botones, cremalleras, adornos, etc.) al necesitar, además, separar los distintos tejidos. Se espera que, la necesidad de un avance eficaz y eficiente hacia una economía circular propicie las investigaciones necesarias para el crecimiento, la innovación y la investigación hacia equipos de clasificación textil que faciliten la tarea de reciclaje. Reseñable los convenios de colaboración de marcas de moda para incorporar fibras recicladas a sus nuevas colecciones o el apoyo a la investigación universitaria tanto en centros españoles como europeos.
Pero la sostenibilidad del sector textil también se tiene que impulsar a través de la reutilización donde la moda “secondhand” encuentra su cabida. Humana Fundación Pueblo a Pueblo aumentó sus ventas en 2021 un 11,8% con respecto a las de 2019; Moda re- cerró 2022 con la recogida de 2 millones de kilogramos más que el 2021 y es que la ciudadanía cada vez está más concienciada con el problema que supone el textil pero hay muchos más por hacer, también por parte de la industria, reduciendo el uso del impacto de las fibras utilizadas, recuperando las prendas usadas, rediseñando para reducir los residuos, incorporando las fibras recicladas en los nuevos productos además de alargando la vida útil de los mismos mediante la reutilización o mejora de su calidad.
Una misión importante para que los residuos textiles disminuyan está en manos de la ciudadanía que, con su decisión puede limitarlo. Ahora, con la ayuda de las ecoetiquetas (aunque hay de diversos tipos) esta decisión puede ser más fácil, sólo hay que concienciarse y empezar. Demos un paso adelante.