Ciudadanía que impulsa
la economía circular
La ciudadanía tiene un alto potencial de colaboración para una economía más circular, a partir del intercambio de recursos y capacidades
La importancia del papel de la ciudadanía como consumidora
El papel de la ciudadanía en sus comportamientos de consumo es clave para extender la vida útil de los productos, así como para conseguir los objetivos de gestión de residuos tanto en su colaboración en el proceso de separación y reciclaje de materiales, como en el freno a problemas como el abandono de basuras y desperdicio alimentario.
La implantación de acciones y criterios de Economía Circular debe ir acompañada de campañas de educación y sensibilización medioambiental a las personas consumidoras para concienciar de la necesidad de que participe, en la medida de lo posible, del proceso de cambio que supone la economía circular.
Como ciudadanía podemos contribuir
A alargar el ciclo de vida de los productos y prevenir la generación de residuos mediante el freno al consumo, la apuesta por el consumo local o de proximidad, la reutilización o reparación de los productos siempre que esto sea posible, la separación correcta de los residuos y materiales en origen, la reducción del uso de plásticos de un solo uso.
Hoy en día se dan unas buenas condiciones para que, como personas consumidoras, tomemos decisiones de compra sostenibles en nuestra vida diaria. Somos cada vez más conscientes de nuestro impacto sobre el medio ambiente y estamos ejerciendo nuestro poder a través de los productos que compramos.
La información y la educación son factores esenciales para guiar a todas las personas consumidoras hacia patrones de comportamiento circular.
La ciudadanía y su comportamiento son clave en el desarrollo de los modelos de negocio y en la reorientación de la demanda.
El salto del sistema lineal al sistema circular exige un cambio radical de visión, no sólo de empresas y gobiernos, sino de toda la sociedad. Implica una transformación de las formas de producir, pero también de la manera de consumir.
Para una transformación de las formas de producir, y consumir son necesarios cambios disruptivos, cambios tecnológicos, económicos, organizativos, sociales y, en especial, culturales.
La sostenibilidad se ha convertido en una buena oportunidad para que las empresas conecten con las personas consumidoras que están preocupadas con el cambio.
Es necesario que la ciudadanía tenga información sobre qué productos pueden reutilizarse, reciclarse o actualizarse y que esto sea fácilmente identificable a través de un etiquetado estándar.
Este etiquetado ayudaría a las personas consumidoras a tomar decisiones fáciles cuando van a adquirir el producto, pero también cuando terminen de usarlo con el fin de garantizar que los materiales recuperables no terminen en los vertederos.
Juntos podemos cambiar
Si seguimos consumiendo al ritmo actual, en 2050, con una población estimada de 9.700 millones, harían falta casi tres planetas para mantener nuestro modo de vida.
Es hora de actuar y convertirnos en una verdadera ciudadanía circular. Gran parte de la solución está en nuestras manos.
Hoja de Ruta
La economía circular se ha convertido en la solución más efectiva para hacer frente a los desafíos de la sostenibilidad en las ciudades. Y para lograrlo la población debe ser consciente de su responsabilidad y cambiar sus hábitos de consumo.
El cambio de modelo de consumo implica necesariamente un cambio de cultura potenciando el consumo a largo plazo de los productos, alargarles la vida y volverlos a poner en circulación una vez no los utilicemos.
Durante las últimas tres décadas, una serie de iniciativas públicas y privadas han comenzado a comunicar información relacionada con la sostenibilidad de los productos a las personas consumidoras, introduciendo etiquetas y distintivos en las tiendas y en los envases. Entre los más destacados se encuentra la ecoetiqueta que sirve para reconocer la información sobre los aspectos ambientales de un producto: electrodomésticos, ropa, productos de limpieza, aparatos eléctricos…
Esta nueva economía requiere una nueva forma de interpretar el mundo, cambios reales en los valores y comportamientos. Cada uno a nuestra medida tenemos capacidad para facilitar esta transición. En recompensa, surgirá valor donde antes no se veía.
Como ciudadanía podemos impulsar la economía circular a través de nuestras decisiones económicas (de compra, ahorro, inversión, etc). Podemos alquilar ciertos bienes en vez de comprarlos y optar por empresas, productos y servicios que incorporen la circularidad. Además, diversas iniciativas ciudadanas, movimientos y comunidades, facilitan la puesta en marcha de principios circulares, desde la base y de forma colaborativa.
Acciones que puedes hacer de manera individual
Amplía la información
Si tú pones las ganas, te ayudamos con el resto
En la Consejería de Desarrollo Sostenible te ofrecemos la ayuda y el acompañamiento necesario para dar el paso a la economía circular. Velaremos porque esta transición brinde oportunidades para toda la sociedad, sin dejar a nadie atrás.
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